No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de su tumba fria,
muertos son los que tienen muerta el alma
y viven todavia.
No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.
La vida no es la vida que vivimos,
la vida en el honor, es el recuerdo.
Por eso hay hombres que en el Mundo viven,
y hombres que viven en el Mundo muertos.
Rubén Darío?!?
ResponderBorrarNo, este poema es erróneamente adjudicado a Becquer o a Rubén Darío. Su autor es el escritor colombiano Antonio Muñoz Feijoo
BorrarDe hecho, el autor del poema es Rubén Dario y es algo patético que digan que lo hizo otro gran autor. :)
BorrarGustavo Adolfo Bécquer
ResponderBorrarNo es se Dario, No es de Gustavo Adolfo Becquer, No es del colombiano Feijóo, su autor es el peruano, Manuel González Prada y Ulloa, gran poeta, ensayista y pensador del Siglo pasado. Su vida y obra tuvo gran influencia en la juventud de su tiempo, muchos de ellos que fueron sus discípulos años después fueron destacados políticos e intelectuales,como VICTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE y LUIS ALBERTO SÁNCHEZ.
ResponderBorrarAhora quedamos peor jajaja tengo entendido que es de Gustavo Adolfo, mi padre la recitaba siempre.
BorrarEl comentario escrito en líneas arriba , es de Santiago Bejarano Romero, en el cual afirmo que el poema NO. SON MUERTOS es del poeta, , escritor, ensayista y pensador peruano, Manuel González Prada y Ulloa.
ResponderBorrarEl poema se llama "Un pensamiento en tres estrofas".
ResponderBorrarExisten muchos autores a los que se les ha asignado la autoría, pero no es ni de G. A. Bécquer, ni de Rubén Darío, ni Ricardo Palma (del cual se han analizado fragmentos y conducen a descartar que sea suya), ni de Prada y Ulloa, ni de otros tantos que se han dicho durante años.
A día de hoy se le atribuye al escritor colombiano Antonio Muñoz Feijoo (1851-1890). Existen testimonios de personas que lo conocieron de cerca y confirman que escribió el poema a los 18 años y que lo que más le costó fue ponerle un título, decidiéndose finalmente por éste al tratarse de tres cuartetos con diferente rima. Feijoo entregó el manuscrito al editor, quien al final le quitó el crédito y durante tiempo apareció como autor de la poesía.